Un día de Safari en el Parque Nacional de Tarangire – Tanzania

Tras dos días de viaje desde Barcelona a Arusha con una escala de 16 horas en Doha, este tercer día empezaba realmente nuestro viaje de 13 DÍAS EN TANZANIA, y la primera parada sería el Parque Nacional de Tarangire.

Nos levantamos temprano, desayunamos en nuestro alojamiento y nos vinieron a buscar sobre las 7:30h nuestros compañeros para los próximos días, el guía y el conductor de Udare (tienes toda la información en el artículo CÓMO ORGANIZAR UN SAFARI EN TANZANIA).

Este parque se encuentra a unas 3 horas en Arusha, un camino que, a pesar de ser monótono, yo no me quería perder, estábamos en Africa y todo era muy diferente.

El parque Nacional de Tarangire tiene 2.850 kilómetros cuadrados y alberga, tras el Serengeti, la mayor concentración de fauna de Tanzania y la primera en elefantes, ¿tendríamos suerte?

Un día de Safari en el Parque Tarangire

Llegamos a la entrada, nuestro conductor pagó el acceso e iniciamos la ruta más que expectantes, nuestro primer animal en libertad un grupo de cebras.

Luego vimos elefantes muy lejanos, muchos impalas y de nuevo las cebras, en esta ocasión una cebra pequeña que iba cojeando, me dio mucha pena porque era un blanco fácil de los depredadores y su grupo iba andando dejándola atrás, solo la esperaba, la que supongo, que era su madre.

Continuando con nuestro camino vimos una manada de búfalos muy próximos a nuestro coche mirándonos con cara de pocos amigos. Fue nuestro primer big five y a mi me encantaron por su cornamenta al estilo pelo de los años sesenta.

Vimos un grupo de elefantes que cruzó delante de nuestro coche y por su proximidad, y todo lo que había visto en la TV, pensaba que nos iban a embestir,…  el guía flipó cuando se lo dije y seguramente pensó que estaba un poco loca.

Siguiendo el camino un grupo de 3 jirafas preciosas, que según nos íbamos acercando se iban alejando. Los herbívoros tienen buena vista y buen oido. Sabía que me iban a gustar verlas en persona, pero es que son una pasada: elegantes, enormes, esbeltas,…. las adoro.

Pasamos parte de la mañana y llegó en momento de comer, fuimos a comer a un merendero con vistas a un río, fue nuestro primer día con picnic y la verdad es que nos sorprendió muy positivamente, pollo, sándwich, fruta, zumo y galletas varias, muy completo. Ninguno de los 4 pudimos acabarlo así que juntamos lo que nos sobró en una de las caja de picnic y el guía  lo guardó para niños de la zona.

Seguimos la ruta y continuamos viendo animales en grupos, todos impresionantes, pero Tarangire nos deparaba una gran sorpresa el final del día. Vimos a lo lejos un grupo de buitres, nos acercamos y vimos que estaban sobre una cebra, todo estaba muy reciente porque aun no había empezado a comer, vimos como se pelean entre ellos y como iban picoteando a la cebra en las partes blandas del cuerpo, estomago y ano, y de repente accedieron a su interior y empezó a oler fatal, estábamos a unos metros y olíamos muchísimo, justo habían llegado al intestino.

Estuvimos un rato observando la estampa de la naturaleza, y ya nos fuimos porque el olor era bastante duro. Sabía que los olores en este viaje me iban a sorprender y fue así desde el primer día, pero así es la vida en Africa.

Tras esta última vivencia empezamos el trayecto para salir del parque. Una vez fuera vimos un grupo de niños masai, el guía les dijo que se acercaran y les entregó la caja con las cosas que habían sobrado en la comida, me pareció un gestó muy bonito, porque no nos lo íbamos a comer, y también porque no eran los típicos niños que envían sus padres a pedir comida a los coches turísticos.

De este Parque me sorprendieron los baobabs y los hormigueros, enormes.

Nuestro safari en Tarangire duró hasta las 15:30h y nos dirigimos a Karatu para pasar la noche. Unas dos horas y media de camino, llegamos sobre las 18h ya de noche, preparados para ducharnos, cenar y descansar para el día siguiente empezar una nueva aventura.

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